BARRANQUISMO EN ASTURIAS. LA FOZ DE VIBOLI
¡Buenos días aventureros! Una vez más os traigo refrescantes propuestas de barranquismo en Asturias. Para ello nos vamos a uno de los descensos más conocidos y atractivos que podemos acometer en la cuenca del río Sella. Se trata de la Foz de Viboli, por cuyo cauce discurren las aguas del río Cándanu formando una de las gargantas más inhóspitas y espectaculares de la zona.
A nivel deportivo, este imponente cañón presenta un descenso completo, exigente e intenso. Sin duda, el Viboli podría considerarse uno de los barrancos imprescindibles de la comarca para los amantes de este deporte. En Costa Verde Aventura solemos ofrecer este barranco a personas con un mínimo de experiencia previa en barranquismo, si bien es cierto que si se es un poco ágil y «echao pá alante´´ , o se tiene experiencia previa en rapel o escalada, puede ser también buena opción como primer barranco.
Por otra parte, cabe reseñar y tener siempre presente que la Foz de Viboli es un lugar peligroso debido a frecuentes caídas de piedras. El descenso comienza por terreno mas o menos abierto y boscoso, pero adquiere progresivamente un carácter mas y más encajado y a partir del R4 ya no hay escapes accesibles hasta que la foz finalmente se abre.

- DIFICULTAD: Media
- ACCESO Y RETORNO: Según donde se estacione el vehículo son 15 minutos de acceso con retorno inmediato, o viceversa.
- HORARIO DE DESCENSO: 2-3 horas en función de la fluidez del grupo al rapelar.
- LONGITUD: 1km
- DESNIVEL: 125 m
- MEJOR ÉPOCA: Siempre condicionados por la situación meteorológica del momento, y evaluando el caudal, suele ser factible en el periodo que comprende los meses de Abril a Noviembre.
- RAPELES Y PROGRESIÓN: Realizamos 5 rapeles durante el descenso, de los cuales los mayores rondan los 20 metros. Actividad con abundantes destrepes, un bonito salto opcional de 5 m a mitad de rápel y un divertido tobogán. Entorno y paisaje 5 estrellas.
BARRANQUISMO EN ASTURIAS: COMIENZA LA AVENTURA
Tras preparar materiales, ponernos neoprenos y haber dado las explicaciones, accedemos al río justo por encima de Puente Carmina. Precisamente pasando bajo este puente afrontamos un destrepe sencillo por una cascada escalonada (con posibilidad de instalar cuerda). Prácticamente de inmediato, topamos con el segundo resalte, equipado con cuerda fija, en el que solemos destrepar asegurados o rapelar.

A continuación avanzamos un corto tramo por el cauce del río, siempre teniendo precaución para evitar resbalones y buscando el camino más cómodo.

Pronto encontramos los dos primeros rapeles, de 8 y 10 metros, que aprovecharemos para ir cogiendo el punto a esto de descender por cuerda y darnos la primera ducha a presión de la jornada.


Más adelante, el terreno se encajona por un breve espacio de tiempo, y se vuelve a abrir brevemente mientras seguimos avanzando por el cauce y afrontando pequeños resaltes, algunos de ellos, nos exigen pensar y posicionarnos bien de cara a descenderlos.

En breves y sin esperarlo, alcanzamos la zona más espectacular de este descenso, donde el cañón comienza realmente a excavarse y a cerrarse entre pulidas paredes.

BARRANQUISMO EN ASTURIAS: HACIA LAS PROFUNDIDADES DEL CAÑÓN
A esta sección del barranco accedemos mediante un rapel de 20 metros, cuya instalación se encuentra en una repisa sobre una marmita colgada. Dependiendo del caudal y los ganas de probar, podremos descender buena parte del rapel deslizándonos en tobogán por el chorro de agua.
En la recepción de este rapel se encuentra una oscura sala formada por un gran bloque empotrado sobre nuestras cabezas. Un lugar espectacular y un cambio radical de paisaje con respecto al «piso´´ superior del que venimos.

Continuamos por los estrechos pasillos de la foz. Casi de inmediato, encontramos un tramo de pasamanos que nos conduce de manera segura a la aérea cabecera de otro rapel. Este es de 12 metros y durante su descenso tenemos la posibilidad de detenernos en una estrecha repisa, a unos 6 metros del agua, para efectuar un salto, o por el contrario continuar rapelando hasta el final de cuerda.
En este punto, todo el caudal del río se encauza en un estético y llamativo canalón impulsa el agua a gran velocidad hacia una estrecha y agitada recepción en la que evitamos caer.

Hemos bajado un «piso´´ mas en la foz y proseguimos el avance a través de angostos y acuáticos pasillos esculpidos por la acción incansable de la fuerza del agua.
Pronto el cauce gira a la izquierda y en este punto encontramos una instalación de un solo anclaje desde donde conviene asegurar o descolgarse los primeros metros del tobogán que tenemos por delante. La razón es evitar una caída tonta, ya que el destrepe es complicado, el agua empuja con fuerza, y esta muy resbaladizo. A mitad del tobogán encontramos una pequeña marmita en donde podemos liberarnos de la cuerda y disfrutar el resto del tobogán como más nos apetezca. Es un tobogán muy divertido ya que se deja hacer de varias formas y tiene cierta longitud.


SEGUIMOS DISFRUTANDO DEL VIBOLI
Ya llevamos un buen trecho de destrepes, rapeles y angostos pasillos en un lugar de gran ambiente, pero lo mejor es que todavía queda ponerle la guinda a este pastel. Tras divertirnos haciendo un poco el indio en el tobogán continuamos avanzando y pronto afrontamos un destrepe para el que nos ayudamos de una cuerda fija.
Y así, como que no lo parecía, llegamos a la cascada más espectacular del descenso. En esta ocasión tendremos dos instalaciones de rapel disponibles (una a derecha del cauce y otra a izquierda). La opción mas espectacular es sin duda rapelar por la izquierda. Eso sí, han de darse las condiciones de caudal adecuadas y el río no puede llevar demasiada agua, ya que rapelaremos directamente bajo un gran chorro de agua que adquiere gran fuerza.
Si el caudal lo desaconseja o queremos una opción un poco más ligera, en la margen derecha disponemos de instalación para bajar en rapel. Esta otra opción es muy bonita y la tirada de cuerda ronda también los 20 metros. (Es el rapel de la imagen inferior)

Por nuestra izquierda tenemos la opción de hacer un espectacular rapel volado bajo el chorro de la cascada. Este nos deposita en un estrecho pasillo inundado y de ahí habremos de salir nadando bajo el agua que cae sobre nosotros.

A estas alturas de aventura tenemos buenas, malas y más buenas noticias. Las buenas son que ha estado muy chulo y estamos encantados con la experiencia. Las malas son, por un lado, que no podemos subir para volver a repetirlo, y por otro, que nos queda el tramo más expuesto a la caída de piedras. Las otras buenas son que el tramo por delante es todo un deleite para la vista y los sentidos. Sin duda uno de mis rincones favoritos en los ríos de la comarca. Un ejemplo de la belleza de estos pasajes, esta en la toba colgante, tapizada de frondosos musgos, que nos riega en la imagen inferior.
Realmente ya queda poco barranco. Río abajo el terreno vuelve a abrirse y los estrechos pasillos que transitábamos se extinguen repentinamente. En ese punto buscamos una senda a la derecha que nos conduce de inmediato a la carretera, por la que habremos de remontar unos 15 minutos para llegar al coche.
Espero que os haya gustado esta experiencia de barranquismo en Asturias y que os pique el gusanillo de la aventura. No dudéis en contactar para consultar cualquier duda sobre esta u otras actividades, y para planificar tu experiencia con nosotros.

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